_Lideresas de movimientos y organizaciones sociales unieron sus voces en un canto por la paz en memoria de Cirila Isabel Gil y Mayauris Silva Vielma, asesinadas por grupos violentos de la ultraderecha_
Con la consigna “no más fascismo, ni una más», comenzó el homenaje lleno de amor, flores, claveles y rosas para las lideresas revolucionarias Cirila Isabel Gil y Mayauris Coromoto Silva Vielma, quienes fueron asesinadas con saña por grupos violentos que desconocieron los resultados que dieron la victoria al Presidente Nicolás Maduro el pasado 20 de julio.
El evento en honor a esas dos lideresas de Aragua y del estado Bolívar, respectivamente, se llevó a cabo en el Parque Ezequiel Zamora, en la urbanización El Silencio.
La jefa nacional de la Gran Misión Venezuela Mujer (GMVM) Dheliz Álvarez, afirmó que los grandes legados no solamente lo dejan los grandes hombres o grandes mujeres, porque Cirila Isabel Gil y Mayauris Silva Vielma, asesinadas por los denominados «comanditos» de la ultraderecha fascista dejaron un legado porque eran unas trabajadoras comunitarias y luchadoras incansables por su comunidad.
Durante su intervención dejó claro “nuestras mujeres han visto el rostro de fascismo», destacando que ambas eran unas trabajadoras comunitarias y luchadoras incansables por lo colectivo.
“Yo escucho a la familia de Mayauris y ella fue asesinada frente a sus hijos y su hija con saña. No fue cualquier asesinato, tal como opera el típico sicariato, que no es nuestro además, porque esas prácticas no son venezolanas. Nunca lo han sido”, explicó.
Narró la ministra Álvarez que esta aragueña «la asesinaron con múltiples tiros en la cara. La desfiguraron frente a sus hijas e hijos cuando venía de una marcha en apoyo el presidente Nicolás Maduro».
«Cirila era una adulta mayor de 74 años de edad. También la asesinaron con saña. Un crimen de odio o de mucho odio, el cual lo ha venido sembrando la oposición desde hace mucho tiempo».
Al hacer mención sobre los actos de violencia emprendidos por factores de la ultraderecha los días 29 y 30 de julio, argumentó que la mirada de esas personas perdida, era de odio y de gente sin alma. “Era gente que atemorizaban”.
(Con información de VEA-Redactor Carlos Batatín-Fotos MinMujer)